Definitivamente estás alterando mi vida.
Te conocí de la manera más inusual que
puede haber; a través de internet. Lo curioso es que, yo te necesitaba,
necesitaba a "alguien" y el destino te puso ahí, para mí.
Cuando sucedió, cuando llegaste a mi vida,
yo sentí que te había enviado un ángel, porque de verdad, justo cuando creí que
no encontraría a nadie, apareciste tú; en el momento y lugar adecuado, y sentí
que era lo mejor que me había pasado en la vida; sentí que era un regalo; que
te traía el destino.
Al principio todo iba bien; hasta que los
problemas comenzaron a aparecer. Al principio decidí tomarlo todo con calma,
era difícil, pero yo sabía que podía manejarlo, eran sólo pequeñas situaciones
que debíamos "limar"; es decir, estabas ahí, pero no eras un
problema, sólo algo que se podía "solucionar", "acomodar",
nada fuera de control.
Poco a poco; fui perdiendo los cabales. Tu
falsa voz, tu postura pedante, y tu intento por quedar bien con todos hicieron
que las cosas se hicieran cada vez más difíciles; decidí alejarme, no podía
soportar eso.
La convivencia hizo que nos lleváramos
mejor por un tiempo; hubo un momento en que sentí que todo iba viento en popa,
es decir; hablábamos bastante, reíamos, y todo iba "relativamente bien."
Fueron momentos de calma, y creía que podría mantenerme a flote,
al menos el período que dura todo esto; creí, tuve esperanza.
¿Hoy?, hoy me doy cuenta quién eres
realmente, estás ahí, detrás de mí, arruinando todo lo que me rodea; quitándome
la energía, apagando cada día mi luz. Ya no puedo comer, no puedo dormir, no
puedo respirar; siento que estás ahí, pisándome los talones, haciéndome trastabillar.
No puedo alejarme; no puedo hacerte nada.
Tengo miedo, lo confieso, me siento insegura; sinceramente siento
que cada intento que hago por hacer algo, se regresa contra mí, y ya estoy perdiendo
el control. Y también te tengo miedo; sé que eres capaz de cualquier cosa, y
tengo miedo; miedo de verte, miedo de hacerte algo, miedo de ganarme tu ira.
¿La peor parte? La peor parte es que
siento que tenemos demasiadas cosas en común, eres como mi antítesis, la versión
"malvada" de mí. Muchas de tus actitudes, esas que odio, esas que me
irritan; esas las he visto en mí. Y me odio por eso, ¿Estoy bien? ¿Estoy
equivocada?; ¿Somos iguales? quizás yo no soy la buena, no; quizás yo soy la
mala, y este cuento debería ser contado por ti.
Quizás; quizás, el problema soy yo, probablemente
la persona malvada, difícil y pedante soy yo; no puede ser que seas tú culpable
y yo la inocente., No, probablemente soy yo, soy la imposible de soportar, la
de la voz falsa y fingida, la de los ojos mentirosos, la de la falsa
amabilidad, falsa inteligencia; la que intenta dominar a todos con sus ideas. Si,
quizás soy yo, y por eso me irritas tanto.
Lo gracioso es que, gracias a ti, estoy
viendo mis demonios de nuevo. Esos que ya tenía enterrados en un foso; los veo.
Los veo y siento que ya olvidé como enfrentarlos. Dicen que lo que no mata,
sólo nos hace más fuertes; pues, si me ha de costar tanto, espero salir más
fuerte de esto, y poder decir: ya no tengo miedo, ya no me siento insegura, sé
que puedo, sé que puedo contra mi propio enemigo personal. Decir, quizás la
culpable no soy yo; quizás el problema no soy yo.