Por fin logro abrir esa ventana, que tiene esa forma tan extraña. Es una
ventana gruesa y redonda, más parece una puerta, de lo gruesa que es; sin
embargo, es tan pequeñita y tan alta, que sólo podría ser una ventana. Con dificultad
entro por ahí, con muchísima dificultad. Me estiro, meto una mano, meto la
otra, me muevo, me estiro y de un salto, atravieso la ventana, y caigo sentada.
Me doy cuenta que tengo 2 raspones en el brazo, y un moretón de 2 cm en la
pierna.
Al entrar, me froto los ojos y me doy cuenta que ese lugar a donde había
entrado es un mundo mágico multicolor. Veo muchos colores, oscuros, claros
brillantes. Diferentes colores, todos muy diferentes.
Después de haber dado una visión general, le doy una vista más detallada a
todo, girando mis brazos, de izquierda a derecha.
Hay una esquina muy brillante, llena de cosas esponjosas, peluches, colores,
nubes, estrellas, ¡Oh, Dios mío!, esa zona parecía un kindergarden del prado de los “ositos cariñositos.”
Al lado de esa zona, hay un prado verde; verde, muy verde y amplio, muy
amplio; lleno de pasto, un sol radiante, viento, y diferentes pajaritos
cantando. Todo muy natural.
Más allá, veo una zona medio extraña, parece como un pantano, es verde, pero
verde musgoso, y al medio hay una laguna oscura, como si estuviera llena de
petróleo y todo está lleno de una densa neblina.
Y, aún más allá, en una esquinita, muy escondida, hay una zona oscura,
oscura muy oscura. No se logra distinguir nada; sólo sombras, y oscuridad. ¿Qué
habrá allí? No sé, no quiero ni imaginarlo.
Justo al medio del prado, hay una casita hermosa. Está rodeada de flores y
tiene un caminito que me lleva directo a la puerta.
Entro y me encuentro con una casita muy simple, si bien tiene 2 pisos, todo
es muy rústico. Justo atrás de la puerta, hay una escalera grande que me lleva
al segundo piso.
Subo y me encuentro con diferentes habitaciones, muy especiales y
particulares cada una. Una de ellas, contiene un sillón grande y confortable,
de color marrón. Se ve tan cómodo. Al lado de este sillón, una mesita con un
vaso de vidrio. Alrededor del sillón, 3 estanterías llenas de libros, antiguos,
nuevos, de todo.
Al abrir la segunda puerta, me encuentro con un cuarto muy lindo, lleno de
música. Tiene diversos instrumentos musicales, parece un estudio pequeñito, de
esos para artistas independientes. Al centro, un hermoso piano, brillante, como
el de las películas.
Otra habitación era un estudio de pintura, lleno de cuadros, bastidores, una
gran ventana con un balcón, que parecía un lugar propicio para pintar. Había
montones de cosas regadas por todas partes, pero aún en tanto desorden, todo se
veía "en su lugar."
Habían algunas otras puertas que no intenté abrir, había muchas. Al fondo
había una puerta que sí intenté abrir, debo confesar, pero no pude. Estaba
cerrada con llave, y además tenía una cadena afuera, y un enorme candado. Algo
escondido debe haber allí, pero no tengo idea de qué podrá ser.
Quería seguir visitando ese lugar, pero escuche unas risitas abajo. Bajé
corriendo para ver de qué se trataba, y me encontré con 2 niñitas una con un
vestidito rosado, lleno de encajes, y otra con un vestido muy simple, de un
color mucho más formal, con detalles de color negro.
En ese momento desperté, y me di cuenta, que a través de los sueños, había
viajado al interior de mi mente.
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