jueves, 7 de febrero de 2013

El paraguas de Cortázar


Leí Rayuela hace 2 años. Cuando lo leí, me gustó; me gustó mucho por la manera poética en que describía todo Cortázar; pero me gustó aún más, porque estaba completamente enamorada. Completamente enamorada de la persona que me regaló el libro,  completamente enamorada de cómo me regaló el libro y completamente enamorada del libro en sí  mismo.

Leí rayuela nuevamente, hace 2 semanas, ya no enamorada del libro, sino con una lectura más crítica, buscando las inigualables frases de Julio Cortázar; amando una y otra vez la tan famosa frase "Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que  andábamos para encontrarnos." y, leerlo de nuevo, de esta nueva misteriosa forma, más "inteligente", me hizo apreciar aún más el libro, la prosa casi verso, y cada frase digna de ser colocada en uno de tantos posters de mi habitación.

Y hoy. Hoy fue la culminación de mi amor/fantasía por Cortázar y por Rayuela. Hoy, mientras caminaba en mi ahora lluviosa ciudad, vi un paraguas botado en el suelo, sentí lastima de verlo, se veía nuevo. Vi a todos lados tratando de ver si es que se le había caído y/o olvidado a algún incauto.

Pero no, al moverlo, noté que no estaba sano, estaba roto. Me sentí aún más triste por el pobre paraguas desechado; alguien había notado que su paraguas estaba descompuesto, y no tuvo ganas de meterlo a un basurero, no, lo dejó en el suelo, en medio de la calle, como si fuera un desperdicio. Sentí pena por él, y por mí, por las muchas veces que  me había sentido tan desechada como él. Me conmovió verlo ahí, abandonado, solo y herido.

En ese momento fui mágicamente transportada a la lluviosa ciudad de parís descrita al principio de libro. Me sentí la Maga, sentí que podía darle una despedida digna a ese pobre paraguas abandonado, recordé las palabras de la maga cuando dijo "merece una despedida digna".

Decidí tomar una acción inmediata, decidí hacer algo y cambiar su final; del mismo como alguna vez, yo había tomado las riendas de mi propio destino y lo había cambiado a mi antojo.
 Como una loca cualquiera, que recoge cosas de la calle, recogí el abandonado y cuadriculado paraguas. Lo recogí del suelo, y lo despedí de una manera digna, digna de un paraguas, digna de la maga, digna del libro, digna de Cortázar.

12 comentarios:

  1. disculpa mi ignorancia, no leí rayuela, :( cual es la manera digna de despedir un paraguas?¿

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    1. jaja, no era el punto, el punto es; que la manera en que lo abandonaron, en verdad no me pareció digna de ningún objeto, por muy inanimado que fuere.

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    2. Leyendo ya, que todo merece una "digna despedida siendo muy temprano por aqui... Como seria una digna despedida de amores pasados y presentes, de amores que no fueron pero que son...

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    3. La mejor despedida es, en mi humilde opinión, darle a todo su valor y su tiempo, y una vez que acabe, pues; bien, dejarlo acabar, sin odios, miedos ni rencores.

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  2. thank you! i'll take a look to your blog too.

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  3. Solo los que hablan este "idioma" pueden entenderlo. Es intrigante la forma que tiene el ser humano al describir las cosas. Ese es el secreto... disfrutar de los detalles, estos enriquecen la vida. Hay que aprender a caminar despacio!!!

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